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Las centrales nucleares al desnudo

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Para la gran mayoría de nosotros una central nuclear es un conjunto de instalaciones presididas por una gran chimenea en forma de cono (que únicamente expulsa vapor de agua, por cierto). La verdad es que son centros de altísima tecnología que producen electricidad en cantidades ingentes. ¿No tienes ganas de saber cómo son por dentro? La revista británica Nuclear Engineering International  (NEI) es la publicación de referencia dentro del mundo nuclear. Una de sus secciones más memorables y celebradas es la de los pósters que muestran el interior, con todo lujo de detalles, de una central nuclear. Es un verdadero trabajo artístico que te permite conocer todos y cada uno de los rincones, con su respectivo nombre.  En total ha publicado 100 murales-póster, y actualmente los está reimprimiendo todos para que quien quiera se lo compre y decore su casa con una detallada recreación de su central nuclear preferida. ¿A qué esperas? ¡En esta página puedes comprar los murales ahora mismo! Las i

Nukemap: el mapa de la destrucción

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Los efectos de Castle Bravo Existe una aplicación ingeniosa y a la vez sobrecogedora. Nukemap   permite visualizar qué alcance tendría un explosión nuclear en cualquier ciudad o punto del planeta. Utilizando Google Maps podrás escoger el lugar exacto de la detonación, y con el marcador que aparece debajo se puede seleccionar qué tipo de bomba quieres simular. Se puede comprobar el efecto térmico, el de presión y la zona que quedaría contaminada por la lluvia radiactiva posterior. Resulta devastador comprobar el alcance de la destrucción.  Si quieres quedarte de piedra, busca tu casa y selecciona la Tsar Bomba , la mayor arma nuclear de la historia con 100 megatones, detonada por los rusos en 1961.  Los efectos de Tsar Bomb

¿Llavero? ¿Mando de garaje? No: ¡un detector de radiación!

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¡Siempre contigo por si los rayos gamma! En Estados Unidos tienen muy asumido que en cualquier momento pueden ser víctimas de un ataque nuclear. Además de los refugios atómicos caseros (pronto hablaremos aquí de este tema que promete darnos grandes momentos) existe un detector portátil de radiación llamado Nuk Alert. El Nuk Alert, que viene con una garantía de 10 años, empieza a emitir un pitido si detecta radiación. De una manera lógica, un pitido significa poca cantidad y diez pitidos significan salir corriendo y huir de la fuente radiactiva. Aquí debajo tenéis la tabla que lo indica ( Chirps son pitidos, R/hr son Roentgen por hora y Time to 100R Exp es el tiempo que puedes estar sometido a esa cantidad de radiación):    Olvídate de llevar tus llaves en un llavero con el escudo de tu equipo: paga 160$ y serás el más atómico de tu barrio. ¿Cuántos de tus vecinos pueden presumir de estar acompañados siempre consigo un discreto a la par que efectivo detector de rayos gamma? Tod

Ríete del Quimicefa: Gilbert U-238

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Desde 1951 los niños americanos podían jugar con este auténtico laboratorio atómico llamado Gilbert U-238 . Aunque parezca increíble, que lo parece, el juego constaba de una cámara de niebla Wilson para ver reacciones atómicas con Polonio 210, un contador Geiger , un cómic, el manual de instrucciones y, atención: cuatro isótopos radioactivos de uranio en dosis no peligrosas y tres fuentes radioactivas -Plomo 201, Rutenio 106 y Zinc 65-.  El precio de este set del futuro científico nuclear costaba 50$ de la época, un precio razonablemente alto. En la actualidad, por un Gilbert U-238 completo y en buen estado se pueden pagar hasta 5000$. Las imágenes que acompañan a este post muestran la caja original y un detalle de las maravillas que incluía. Justo aquí debajo se puede ver la portada del manual de instrucciones, así como el cupón que debías rellenar para que te enviaran alguna de las fuentes radioactivas si ya se habían desintegrado. ¡Un detallazo del fabricante! Todas las imáge

Una noche en la ópera: Doctor Atomic

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El 1 de octubre de 2005 se estrenaba en la Ópera de San Francisco Doctor Atomic , obra del compositor americano John Adams y con libreto de Peter Sellars.  Richard Paul Fink (Edward Teller) y Gerald Finley (J. Robert Oppenheimer). El argumento narra los acontecimientos que propiciaron la creación de la primera bomba atómica, Trinity , y la tensión y enorme responsabilidad que tenían los encargados de llevarla a cabo. Los dos personajes principales eran J. Robert Oppenheimer  y Edward Teller, y sobre ellos giraba toda la obra. Richard Paul Fink (Edward Teller, segunda fila, segundo por la izquierda), el SF Opera Coro, y miembros del SF Opera Corps de Ballet presencian la detonación de Trinity. Desde su estreno Doctor Atomic se ha representado en Ámsterdam, San Francisco, Chicago y Nueva York. Incluso existe una edición en DVD para el que prefiera disfrutarla en casa. Gerald Finley (J. Robert Oppenheimer) La ópera siempre ha tratado temas históricos y legendarios, así que la épica

Igor Kostin

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La primera imagen del terrible accidente El fotógrafo ucraniano Igor Kostin fue el único que pudo fotografiar el accidente de Chernobyl el mismo día que se produjo. Subido a un helicóptero de reconocimiento, la radiación era tan alta que todas sus imágenes se velaron excepto una. Venciendo la censura soviética de la época, esa imagen mostró al mundo la terrorífica dimensión de lo que acababa de pasar. Su actitud y testimonio le valió un World Press Foto en 1987. Kostin fue testigo del trabajo de los liquidadores . De hecho formó parte de sus brigadas y pudo fotografiar los penosos trabajos de limpieza de escombros desde un insuperable primer plano. Como todos los demás, la radioactividad le afectó y ha tenido que ser tratado en diversas ocasiones. Su libro " Chernobil: Confesiones de un reportero " es la desoladora crónica visual de lo sucedido. La editorial Efadós lo publica en España y es un libro necesario. Vale mucho la pena leerlo y apreciar el enorme mérito que tie

Liquidadores

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El 26 de abril de 1986 la central nuclear de Chernóbyl, en la extinta URSS (cerca de Kiev) sufría el peor accidente en la historia del siglo XX.  Debido a una serie de negligencias humanas, el vapor de la central hizo saltar por los aires la cubierta del reactor número 4, liberando a la atmósfera cantidades ingentes de material altamente radioactivo. Los héroes que salvaron a medio mundo de un desastre mucho mayor se conocen como los " Liquidadores ". En un número en torno al de seiscientas mil personas, los liquidadores (aquí tienes un vídeo espeluznante de las condiciones en las que trabajaban) eran esencialmente soldados en activo o en la reserva. Fueron los bomberos, obreros, pilotos de helicópteros y voluntarios que se encargaron de apagar los incendios y construir el sarcófago. En muchos casos subían a la cubierta del reactor 3 (al lado del que explotó) para recoger con una pala -o con las manos- restos contaminados y tirarlos al vacío. Tenían únicamente 40 segundo