Ad Astra per Atomica


Recreación artística de la nave Orion (NASA)

El proyecto Orion ha sido la mayor apuesta norteamericana para construir una nave espacial impulsada por la energía atómica. No hablamos de una pequeña "pila" de uranio sino de un sistema que mediante explosiones nucleares en la base hiciera avanzar la cápsula hasta los límites del sistema solar e incluso estrellas próximas.

Esquema general de la nave Orion

El origen está en un documento del científico Stanislaw Ulam creado en 1946 en Los Álamos, pero su desarrollo formal comienza en 1958. Los cálculos teóricos (nunca se llevó a cabo ninguna construcción física del cohete ni se probó con energía nuclear real) afirmaban que podría llegar a alcanzar los 10.000 kilómetros por segundo, es decir: ¡el 3,3% de la velocidad de la luz! Llegaría al sistema estelar Alpha Centauri en "tan sólo" 44 años.

Los elementos propulsores de Orion

Aunque había muchas cuestiones por resolver -entre ellas las protección de una hipotética tripulación de la contaminación radiactiva y las consecuencias de un accidente en el despegue- todo el sueño se acabó en 1963 con la firma del Tratado Parcial de Prohibición Nuclear, que cerraba la puerta a las pruebas nucleares atmosféricas, submarinas o en el espacio exterior.

Carl Sagan, firme defensor del desarrollo de Orion

Carl Sagan (1934-1996), el gran e inigualable divulgador científico, afirma literalmente en su obra Cosmos lo siguiente: "Creo que fue una gran lástima. La nave espacial Orion es el mejor destino que puedo imaginar para las armas nucleares". Como casi siempre, y en casi todo, el inolvidable Carl Sagan tenía razón.

Gracias de nuevo a Wikipedia por echarnos una mano con datos e imágenes.

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